Hasta siempre Shokry

por Ximena Mart.

 

Quiero resaltar la importancia histórica que tiene no solamente en España, donde fue el padre del movimiento de la danza, profesor de las principales bailarinas y profesoras de Madrid, sino para todas quienes bailamos en Chile, hayan o no tenido la suerte de trabajar directamente con él en alguna de sus cinco visitas a nuestro país(por si alguna lo duda, él fue quien introdujo en Chile el bastón y los crótalos).

En 1995 Pilar Fernández me trajo un libro: “La Danza Mágica del Vientre” de Shokry Mohamed. Ya llevaba yo 15 años incursionando en la danza, y buscando una expresión más auténtica, más espiritual, más allá de la danza de cabaret. El libro y su lenguaje me llegaron, y a pesar de que entonces no podía entender cómo un hombre podría enseñar esta danza, escribí una carta (por correo, en la era pre-internet) preguntando si podría tomar clases con él en Madrid. Me contestó una carta calidísima, y así llegué por primera vez al Estudio Las Pirámides.

Me encontré con una persona con tanta alegría de vivir, y a la vez tan profunda. Su ser reunía al sabio y al niño. Tanto más sorprendente sabiendo los duros golpes que había sufrido: un cáncer a las cuerdas vocales que había dañado su habla, y un atentado neonazi que lo tuvo postrado durante un año. Esto fue así: cerca de su estudio había una plaza con un templo sufi trasladado desde Egipto. A Shokry le gustaba ir a ver la puesta de sol, a relajarse y encontrarse consigo mismo. Fue atacado por un grupo de cabezas rapadas, discriminado por su color, y lanzado por un terraplén de 15 metros.

Quedé fascinada con sus clases, aprendí como nunca, me sentí encaminada, por fin tenía a quién preguntar sobre técnica, música, estilos, vestuario, sobre la cultura, sobre la gran responsabilidad que es enseñar, sobre la ética que corresponde. Durante esa visita le hice una entrevista que fue publicada por la revista Uno Mismo en Chile y en Argentina, (pueden leerla en www.arabesca.cl). Quiero mencionar también a Rosa Martínez, su esposa y compañera, que también desde entonces es para mí una hermana.

También frecuentaba el estudio una chica de Brasil, que estaba en conversaciones con Shokry para llevarlo a dictar un seminario, y entonces se me ocurrió que si estaba en Brasil no podía ser tan difícil que viniera también a Chile. Finalmente la parte de Brasil no resultó, pero yo ya estaba embarcada, sintiendo que era tan importante que viniera un maestro nativo, alguien que pudiera decir “esto se baila así”; sabía que iba a impregnar profundamente al movimiento de la danza que estaba naciendo.

Volví estimulada e inspirada y rápidamente llegó Agosto, fecha de la visita de Shokry. Nunca antes había habido un evento de ese tipo en Chile, las chicas nunca habían considerado dedicar un fin de semana completo a la danza ni tampoco una suma importante de dinero. Faltaban tres días y no había casi nadie inscrito. Tome el teléfono e hice 120 llamadas, contando una por una mi experiencia con Shokry y la importancia de su visita, y logré transmitir mi entusiasmo a 90 mujeres que participaron del evento.

Para muchas esto significó un “antes y después”, y muchas profesoras se sintieron marcadas por esta experiencia y mencionan a Shokry en su currículum como su primer maestro.

Shokry fue el maestro invitado del Encuentro de 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000, después de lo cual su salud ya no le permitió realizar un viaje tan largo. En 1997 incorporamos por primera vez a nuestros hombres en el taller de Danza Sufi, en 1998 y 1999 también nos acompañaron en los talleres de percusión. En 1999 durante mi viaje anual a Madrid me dediqué a aprender algunas danzas de su grupo Hispano/Arabe de Danza, se las enseñé a mis alumnas, produje los vestuarios, y por primera vez se presentó mi ballet Arabesca en el teatro Arena, permitiendo a Shokry cambiar de vestuario entre sus variadísimas apariciones, que incluyeron un solo de rababa, solo de tabla, giro derviche y danza del bastón. La presentación fue muy emocionante, siendo la primera vez (hasta donde yo sé) que se presentaba en nuestro país un espectáculo de esta naturaleza en un teatro.

La más viva expresión de su influencia y su presencia en Chile, fue que precisamente el viernes 19 de Mayo (madrugada del 20 de Mayo en España) mientras bailábamos su Danza de las Palomas en el mismo teatro Arena, que Shokry dejó este mundo.

Incansable investigador, nos deja sus libros (“La Danza Mágica del Vientre”, “La Mujer y la Danza Oriental”, “La Bailarina del Templo” , “El Reinado de las Bailarinas” sus producciones musicales“Pirámides Dance”, “Passion for Percussion” y “Músicos del Nilo” sus artículos, su revista Danza Oriental, e investigaciones aún no publicadas. Y el recuerdo de sus cinco mágicas visitas, donde nos transmitió el embrujo de las danzas egipcias.

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